Es posible que las olas en la playa de Ris no sean las mejores de la costa cantábrica, pero también se disfrutan.
Intentar estar agusto en la playa de Ris en julio o agosto en un día de olas es ya casi imposible, pero gracias a Dios aun hay gente a la que no le gusta bañarse en invierno y esto hay que aprovecharlo.
El pasado mes de febrero tuvimos la oportunidad de darnos un baño con olas de un metro y alguna serie despistada que llegaba de 1,5. Sol y completamente solos en el agua. Seguramente en el Brusco hubiese algunos más.
Esperemos que se repitan estos días durante la primavera y que no paren de llegar las olas.
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